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Ashtanga yoga y el compromiso con la práctica

Cada vez son más las personas que se encuentran interesadas y motivadas a practicar la disciplina que tantos adeptos sostiene en el mundo entero. Como en toda actividad, en el yoga también se requiere de compromiso y constancia por parte del practicante, para lograr crecimiento sostenido en el tiempo, alcanzando sus propios objetivos.

Cuando hablamos del Ashtanga yoga, nos estamos refiriendo a una disciplina propiamente dicha, por lo que inevitablemente las personas que lo llevan a cabo se convierten en estudiantes, de los que se espera dedicación y estudio para que puedan obtener los beneficios que esta práctica ofrece a nivel físico, mental y espiritual.

Podemos decir con certeza que el yoga Ashtanga no se trata únicamente de posturas y repetición, de hecho, es una filosofía de vida que consta de una serie de conjuntos de pensamientos y acciones que definen a las personas por su comportamiento en varios planos de la vida misma. Es por ello, que el Ashtanga yoga nos propone la implementación de ciertos pilares en los que las personas pueden apoyarse para implementar las raíces de esta filosofía.

Ahora bien, ¿Cuáles son los pilares del Ashtanga?

En primer lugar, entre los pilares de la disciplina, se encuentran los códigos morales o mejor conocidos como “Yamas”, que son “reglas” que se ponen en práctica durante la sesión o práctica de la disciplina. Los 5 principios que sustentan los yamas son:

Otro de los pilares es conocido como purificación personal o “Niyama”, que se enfoca en el trato que tiene una persona con sigo misma y en cómo desarrollar ampliamente su cualidades. El Niyama encierra 5 conceptos claves:

Las posturas comprenden la tercera rama o pilar del Ashtanga, y consiste en explicar cómo el yoga trabaja el cuerpo físico del practicante. El principal objetivo es aprender a dominar el cuerpo, mejorando la funciones del mismo. Pero no son únicamente un movimiento físico; en realidad, lo que se promueve es la apertura energética del cuerpo, de los chakras, el sistema inmunológico y circulatorio.

El cuarto campo y uno de los pilares fundamentales del yoga, es la respiración o “Pranayama”, define a la energía que se encuentra dentro de cada persona. Lograr el control de la respiración significa para un practicante el camino correcto hacia la purificación y autocontrol.

Por otro lado, tenemos a Pratyahara, que es la práctica mediante la cual se logra la abstracción del contexto y un enfoque pleno en el desarrollo interior. Mediante la respiración se busca la estabilidad personal y en definitiva lograr conciencia total de tu mente y tus sentidos.

Los últimos dos campos de acción del yoga Ashtanga, “Dhyana” y “Samadhí”, son dos estados de concentración muy complicados de alcanzar pero no imposibles. El primer caso nos enseña a diferenciar la percepción de los objetos desde el ojo humano y desde la conciencia pura. Es decir, entendemos la naturaleza del todo. En cuanto al Samadhí, estamos en presencia de lo que se conoce como conciencia plena y es protagonista de la etapa más elevada de meditación. Se lo conoce como éxtasis espiritual y sólo personas muy iluminadas pueden alcanzarlo.

El yoga Ashtanga es un camino de liberación personal, de plenitud emocional y física, y de crecimiento continuo.

Desde la escuela de yoga de Claudio Querol, esperamos que este post te resulte interesante y te sea útil para afianzar tu compromiso con esta maravillosa práctica, que tanto bien hace a sus practicantes.

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