En repetidas oportunidades te hemos contado que el Yoga es una de las actividades que más practicantes convoca en todo el mundo. Podríamos decir que eso es gracias a los beneficios tanto físicos como emocionales que ofrece dicha actividad, aunque es importante destacar que otro de los motivos principales de este suceso, es que no existen limitaciones para practicarlo.

Como en toda actividad que implica el uso de nuestro cuerpo, aquellas personas que estén en mejores condiciones físicas o acostumbradas a hacer ejercicio diario, de seguro tendrán mayor facilidad para lograr un correcto desempeño.

Por otro lado, es importante aclarar que la práctica de Ashtanga requiere de paciencia, dedicación, concentración y esfuerzo; por lo que cualquier persona puede realizarla, contemplando los tiempos de cada practicante, en lo que al perfeccionamiento de la técnica de movimientos y respiración refieren.

Una de las principales ventajas de este tipo de disciplina del Yoga, se basa en que la repetición juega un rol importante y a su vez, para lograr progreso es imperiosamente necesario manejar con destreza los ejercicios anteriores. Esto se da por una simple razón, cada avance implica mayores dificultades y es sumamente necesario preparar la mente y el cuerpo para ello.

A su vez, dicha ventaja, genera la conducta de no darse por vencido e invita a continuar repitiendo ejercicios hasta manejarlos plenamente.

Ahora bien ¿Qué personas pueden practicarlo?

La respuesta a esta inquietud es de fácil contestación. Todas las personas que quieran formar parte de un estilo de vida y que estén dispuestos a realizar las actividades necesarias tanto en la parte emocional como física, pueden hacerlo.

Hablamos de hombres, mujeres, niños, ancianos, deportistas, no deportistas, personas delgadas y con sobrepeso, etc. Quizás, puedan existir en algunos casos limitaciones en cuanto a completar y concretar con éxito determinadas asanas, pero al no ser un deporte olímpico, el secreto está en romper los límites que cada persona se disponga y progresar en la medida y en los tiempos que cada uno pueda.

También se podría decir que ante un problema físico de gravedad o algún tipo de limitación de movilidad, condicionaría la práctica del Yoga; pero, sin embargo, de seguro esas personas podrían llevar a cabo ejercicios de serie simples o bien de respiración, obteniendo resultados positivos a pesar de la negativa previa. Básicamente el principal obstáculo que puede presentarse en un practicante, no es ni más ni menos que la falta de conducta.

Los cuerpos de cada persona son diferentes y por lo tanto el camino a recorrer será distinto. Sin embargo, el Ashtanga Yoga, permite abordar los mismos ejercicios desde una dinámica única para cada persona. Es decir, como se trata de un progreso continuo y de repetición y acostumbramiento de cuerpo y mente, dos personas pueden lograr el mismo objetivo, pero en tiempos diferentes.

Es importante destacar la diferencia entre el yoga Ashtanga y el tradicional. El Ashtanga invita a repetir ordenadamente una serie de movimientos hasta lograr el accionar óptimo para que tu cuerpo y mente se encuentren alineados. El tradicional, o conocido como “Hatha”, varía de movimiento de una clase a otra, logrando que el crecimiento en cuanto a flexibilidad y estructura muscular, sea menor y más lento que el Ashtanga.

En definitiva, las únicas personas que NO pueden realizar esta maravillosa actividad de desarrollo personal y plenitud espiritual, son aquellas que no lo desean y no están dispuestas a trabajar para lograrlo.

Si aún no formás parte de esta maravillosa disciplina, te invitamos a que te contactes con nosotros para adentrarte en un mundo de plenitud, obteniendo los fantásticos beneficios que ofrece la práctica de Ashtanga Yoga.